Perdieron el dinero entregado a la parte vendedora tras echarse atrás en la compra al enterarse de que la vivienda tenía cargas de las que no habían sido informados
(Imagen: E&J)
La justicia aplica el mecanismo de la Segunda Oportunidad en un matrimonio de deudores de buena fe que se vieron en una situación de insolvencia a raíz de ser engañados en la gestión de una hipoteca para adquirir una vivienda y, seguidamente, quedarse sin trabajo.
En esta ocasión, ha sido el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Murcia el que, tras constatar que la pareja cumplía todos los requisitos necesarios para acogerse a la Ley de la Segunda Oportunidad, les ha concedido la exoneración del pasivo insatisfecho, perdonándoles una deuda total que ascendía a 65.026 euros (53.487 euros a la mujer y 11.539 euros al hombre).
“La muestra de que eran deudores de buena fe es que siempre estuvieron dispuestos a pagar las deudas contraídas y hacer auténticos malabares para conseguirlo, pero llegó un punto en que no pudieron más”, señala Marta Bergadà, abogada y socia fundadora del despacho Bergadà Abogados, boutique que asumió la defensa legal del matrimonio e inicio el procedimiento judicial tras constatar que cumplían con los requisitos de la Ley de la Segunda Oportunidad.
Según ha podido conocer Economist & Jurist, en el año 2022 el matrimonio quiso adquirir una vivienda propia, sin embargo, en el proceso de gestionar una hipoteca fueron engañados: cuando ya habían entregado 6.000 euros y estaban a punto de adquirir la casa, se enteraron de que la vivienda tenía cargas de las que no habían sido informados. En consecuencia, perdieron la cantidad entregada, sin que les ofrecieran ninguna alternativa.
A partir de este hecho, continuaron encadenándose nuevas circunstancias que llevaron a la pareja a una situación económica crítica, hasta verse atrapada en una espiral de deudas.

(Imagen: E&J)
Tras la pérdida de la cantidad entregada para adquirir una vivienda, el matrimonio tuvo su tercera hija, pero el bebé tenía problemas de intolerancias, por lo que los padres tuvieron que gastar bastante dinero en alimentación hasta que encontraron una alternativa a la leche. Asimismo, debido a los cuidados que necesitaban las menores, la mujer cesó temporalmente su actividad laboral, lo que redujo los ingresos familiares.
Para poder hacer frente a sus obligaciones básica, la familia recurrió tanto a la ayuda de familiares como a la financiación externa, solicitando varios créditos, sin embargo, no conseguían ingresar el suficiente dinero en la economía familiar como para poder pagar esos créditos.
Esa mala situación económica de la familia se volvió más trágica cuando el hombre sufrió una merma salarial a raíz de unos problemas de salud; la mujer fue despedida; fueron sancionados administrativamente por tener un perro sin seguro; y les aumentaron el alquiler del piso en el que residían —debiendo dejar la vivienda y mudarse todos a la casa de la madre de ella—.
Por lo que las cuotas de los préstamos pendientes fueron acumulándose hasta encontrarse el matrimonio en una situación de absoluta insolvencia y sobreendeudamiento por una serie de adversidades ajenas a su voluntad.
La buena noticia llegó cuando el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Murcia constató que se trataba de unos deudores de buena fe que cumplían con los requisitos necesarios para acogerse al mecanismo de la Segunda Oportunidad. En consecuencia, el juzgador decidió concederles la exoneración del pasivo insatisfecho, perdonándoles así la deuda de más de 65.000 euros que tenían contraída.
“Esta resolución es un ejemplo claro para otras personas endeudadas que no ven salida a su situación. Este caso demuestra que sí se puede empezar de nuevo. Por eso es clave contar con asesoramiento especializado porque una mala decisión, como firmar un crédito sin saber las consecuencias, puede arrastrarse durante años”, señala Marta Bergadà.
