Te explicamos en este artículo las consecuencias que conlleva que un cliente no solo no paga, sino que organiza activamente un entramado para volverse insolvente y eludir sus obligaciones. Te lo resolvemos en este artículo.
Redactado por Espacio Pymes
Una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Asturias nos ofrece un claro ejemplo de las graves consecuencias de estas prácticas: dos años de cárcel para un empresario de la construcción por un delito de alzamiento de bienes.
La sentencia, que confirma un fallo anterior de la Audiencia Provincial, describe la siguiente estrategia fraudulenta:
- Creación de Empresas. El empresario condenado constituía sociedades para operar en el sector de la construcción.
- Acumulación de Deudas. Contrataba con proveedores y subcontratistas, ejecutaba los trabajos y acumulaba deudas. En el caso que nos ocupa, dejó sin pagar 7.805 € a una empresa de andamios y 5.628 € a otra de proyectos y obras.
- Vaciado Patrimonial. Una vez que la deuda era considerable, dejaba la sociedad inactiva y sin patrimonio alguno. No la liquidaba legalmente, simplemente la abandonaba como un cascarón vacío.
- A continuación, creaba una nueva sociedad, libre de cargas y deudas, para continuar con exactamente la misma actividad, dejando a los acreedores de la empresa anterior con una deuda incobrable.
Cuando los proveedores afectados llevaron sus reclamaciones a los tribunales, se encontraron con que la empresa deudora era oficialmente insolvente.
¿Qué es el delito de alzamiento de bienes?
El alzamiento de bienes (regulado en el artículo 257 del Código Penal) es un delito que se comete cuando una persona, sabiendo que tiene deudas, oculta o se deshace de su patrimonio con la intención de impedir que sus acreedores puedan cobrar . No estamos hablando de una empresa que atraviesa dificultades económicas y no puede pagar.
El tribunal lo deja claro: no es necesario tener una prueba directa (como un documento que diga «voy a ocultar mis bienes»). La justicia puede condenar basándose en una «prueba indiciaria» . En este caso, el patrón repetitivo de crear empresas, endeudarlas y abandonarlas era una evidencia lo suficientemente «coherente y concluyente» como para demostrar la intención de defraudar.
Como protegerse de esta situación
Si eres el Acreedor al que no le pagan
- Antes de cerrar un contrato importante, especialmente con empresas de nueva creación, utiliza herramientas como el Registro Mercantil para conocer a sus administradores. ¿Tienen un historial de empresas disueltas o inactivas?
- Si un cliente cambia repentinamente de razón social pero mantiene la misma actividad, ubicación y personal, encienda todas las alarmas.
- Para trabajos de cierto volumen, no dudes en solicitar pagos por adelantado, certificaciones de obra o incluso avales bancarios. Es mejor prevenir que reclamar.
- Si una factura vence y no se paga, inicia el proceso de reclamación de inmediato. Dejar que la deuda crezca solo aumenta tu riesgo.
Si eres el deudor
- Tener problemas económicos no te convierte en un delincuente. Ocultar patrimonio para no pagar, sí.
- La tentación de «empezar de cero» con una nueva sociedad mientras se abandonan las deudas de la anterior puede parecer una salida fácil, pero como demuestra esta sentencia, las consecuencias son penales. La condena incluye dos años de prisión y una multa de 12 meses .
- Si tu empresa es insolvente, la ley prevé mecanismos como el concurso de acreedores . Es un proceso complejo, pero es la forma legal y correcta de gestionar una situación de insolvencia, protegiendo de forma ordenada los derechos de los acreedores y dándote una vía para, quizás, reestructurar tu negocio.

La justicia ha dejado claro en esta sentencia que no es lo mismo quebrar que defraudar. La estrategia de usar y tirar empresas para dejar un reguero de deudas es un delito grave con penas de cárcel. Para las pymes, esta sentencia subraya la importancia de la diligencia debida a la hora de elegir con quién hacer negocios y la necesidad de actuar con integridad y responsabilidad cuando las cosas se tuercen.